domingo, 30 de mayo de 2010

DE CÓMO UN PATO ESPECIALMENTE PATOSO Y FEO APRENDIÓ A QUERERSE

El lápiz no es tan tonto como yo y sabe lo que se puede y lo que no se puede contar. Si el lápiz cuenta hasta tres, es que se puede contar hasta tres. Si el lápiz dice que el patito de nuestra historia nació en un mundo equivocado, en el momento equivocado, y en la especie equivocada, entonces es que tales cosas se pueden contar, como se puede contar también que el patito en cuestión, al decir del resto de los patitos y de cualquiera con ojos en la cara y dos dedos de frente, era un pato flaco, feo, desgarbado y torpe. Especialmente torpe para los desplazamientos. Y raro. Nadie entendía sus gestos de manzana, y sólo él parecía apreciar los inadvertidos restos de sol que descansaban a la orilla de los caminos que conducían a la granja. El lápiz cuenta también que pasaban los días y su desastroso aspecto no mejoraba. Nuestro patito empezaba a pensar que siempre sería un patito feo, y que al contrario del patito feo del cuento nadie vería en él lo que en realidad era, es decir, un cisne. Se fue lejos, muy lejos, buscando un lugar en el que le quisieran como lo que era, pero nunca pudo abandonar su aspecto de pato anormal. En fin, que todo era un desastre desde el punto de vista del equilibrio psicosocial del pato, hasta que, pensándolo bien, llegó a la conclusión de que tenía un sol entre las alas, eso es al menos lo que me cuenta el lápiz que no es tan tonto como yo, y que ese sol podía ponerle a refugio de un tiempo feroz. A ojos de nadie nunca se transformó en cisne, pero al menos aprendió a quererse.

sábado, 29 de mayo de 2010

AFÁN ARISTOTÉLICO

Siempre es bueno saber que uno está vivo, pero si alguna vez hablo de lo que creo saber se debe a un descuido. Procuro que mis palabras se mantengan equidistantes entre el fondo y la superficie, entre el todo y la nada, y esto todo este esfuerzo en busca del equilibrio lo hago por nada, simplemente por un afán aristotélico que viene de lejos y que consiste en huir de los extremos. Claro que para que se entendiera esto que digo habría que volver a escribir todo esto en pasiva, pero esa tarea ingrata la dejaremos para mañana. Hoy les informo que, condenado a palidecer como estoy rodeado de otros muchos palidicientes, y aún a pesar de concebirme cortésmente perplejo, acartonado y velludo, me esfuerzo en borrar mi imagen de la memoria de aquellos que nunca han existido. Con todo, no me siento especialmente desgraciado.

viernes, 28 de mayo de 2010

DESLUMBRAMIENTO

Deslumbrado por una luz interior desconocida, la noche de su muerte hizo suya la carne de todos los hombres y de las mujeres muertos antes que él, y proyectó su sombra sobre niebla. Hizo suya también la transpiración de los grillos que holgazaneaban en el jardín y después de ese sentir su corazón no volvió a notarse apaciguado. Su falta de misericordia para consigo mismo le aterraba. En el exterior, los tallos de lluvia provocaban hendiduras en las bocanadas de incienso que salían de la estancia cuando eran azotados por los vientos. Llegado el momento, tomé el cuenco del viejo y él se sucedió en mí. Después me fui a mendigar por las calles, pues me pareció que ese era su mandato. Los muertos me esperaban para comer gambas emborrachadas y cualquier otra consideración sería inútil.

jueves, 27 de mayo de 2010

EVANESCENCIA

Al pavoroso desencanto de la desnudez le sucedió un descampado invernal, y después vino un terciopelo inagotable repleto de azares deshilachados al que siguieron arcadas en vacío. Y después, la evanescencia.

miércoles, 26 de mayo de 2010

LÁGRIMA

Como una lágrima sin suelo sobre el que descansar, esta gota de luz salada andaba descalza por los confines del universo, ora pisando arena, ora pisando tiempo, sin que jamás nadie le hubiera visto quejarse de magulladuras o cortes graves. Silencioso y azul, un cielo con forma de bóveda celeste le seguía allí donde iba, siendo tal su comportamiento por aquellos tiempos que pareciera como si aquella menudencia líquida en la que se resumía su ser ya hubiera estado allá donde acababa de llegar. Indistinta a todo, vomitaba sus penas a lo largo y ancho de los siete continentes. Finalmente, y en gran parte gracias al bueno del Peret, aquel grano con vocación de gotera terminó por caer en la arena, si bien es cierto nunca sufrió del vértigo introspectivo propio de las raíces cuando se dejan llevar en sus veloces desplazamientos interiores.

martes, 25 de mayo de 2010

MI MEDIO LIMÓN

Sueño que sueño al lado de mi medio limón. De hecho, sueño que el tal medio limón quiere dormir conmigo y que tal cosa, lo de dormir juntos, lo logramos sin apenas esfuerzo. Sueño que entre nosotros no cabe ya más luz y que así, con tanta luz, no hay forma humana de dormir. Sueño también que duermen con nosotros restos de naufragios nocturnos y que así, entre tanto cachivache soltado a la deriva, tampoco hay forma humana de pegar un ojo. Sueño que finalmente no dormimos pero que lo pasamos bien. Sueño en el instante que fue la primera vez. Sueño con un vaso se colma de veces dichosas. Ya despierto, sueño que me pareció ver pasar la vida, pero no estoy muy seguro. Tenía los ojos mojados, y no estoy muy seguro. Una última constatación: ya despierto, sueño que mi medio limón ya no está.

lunes, 24 de mayo de 2010

EL HOMBRE DEL BASTÓN

Era el principio y le dio por empezar. Así son las cosas al principio. El caso es que olvidó su propio nombre aún antes de conocerlo y la abrupta geografía de su piel le impedía disfrutar de los campos que había al otro lado de su pecho. Su carne aún viviente fue víctima propicia de una tentación. Pero todo eso fue al principio, y como los principios crecen y después se van, de igual modo que se van los sonidos y la luz de antaño que algún día fue, pues él también se fue y le dio por terminar. Y fue entonces, en el momento preestablecido, cuando el día que ya era tarde decidió volver sobre sus pasos. Y fue entonces también, precisamente cuando un asqueo moderado se adueñó de todo y los objetos del deseo estuvieron a punto de desaparecer, que el hombre del bastón decidió quedarse, por momentos envuelto y por momento devuelto, ambas cosas hacía él.

viernes, 21 de mayo de 2010

PERDIDO COMO ESTABA

Perdido como estaba de tanto callejear por mi memoria, olvidado de la mano de dios, pude aún así construir los sueños de los que alimentarme y hasta pude ver dos veces el cielo. Ni que decir tiene que el genio del fuego me ayudó en la tarea. Por aquellos entonces, todos los caminos conducían a ese lugar en el que todos esperamos que la tierra nos sea leve, y todos esos caminos pasaban uno tras otro ante mis ojos sin que pudiera penetrar en el sentido profundo de ninguno de ellos. Y mira que lo intenté. Silencioso y tranquilo, el barro me succionaba. Caía el aguacero y el alma quedaba invadida por los hierbajos, perdido como estaba de tanto callejear por mi memoria.

jueves, 20 de mayo de 2010

PALABRAS TEÑIDAS DE LEYENDA

Recuerdo con exactitud aquellas palabras teñidas de leyenda que salmodiaban extensas relaciones numéricas en las que se daba cumplida cuenta del registro de los vivos y de los muertos. Los infiernos estaban llenos hasta el décimo sexto círculo, y en lo que a los vivos se refiere podemos decir que nadie oyó el ruido del último estertor, y eso aún a pesar de que los pájaros, los grillos y hasta el propio viento enmudecieron sus habituales chanzas y sonajeros. Las desdichas de la tierra parecían infinitas y el amor, todo el amor, sólo el amor y nada más que el amor, se refugiaba en las salas de espera de los aeropuertos. Imposible obviar el hecho de que fueron moldeados con arcilla.

miércoles, 19 de mayo de 2010

LA COSA ESTABA FEA

Tras la tapia había una puerta entreabierta, pero luego de traspasar la puerta se dieron cuenta que tras la puerta no había nada, o al menos no había nada parecido a la felicidad que con tanto afán esperaban. Una vez más, la ávida delicadeza con la que se regalan entre sí los oídos más exigentes, había quedado en una especie de inmaterialidad carente de peso y sustancia. La frustración fue tal que de la boca de aquellos desolados caballeros que conformaban La Cofradía del Anillo no hacían más que salir sapos y culebras. Uno de ellos, mesándose los cabellos y con la mirada puesta en las alturas, dijo dirigiéndose tanto a sí mismo como a las más altas instancias gestoras de ilusiones: con tu cuerpo de terciopelo inagotable celebraré una fiesta a la que no te invitaré. Por tacaña. Y por dormilona. Y por haragana. Eso dijo. Verdaderamente, la cosa estaba fea.

martes, 18 de mayo de 2010

TAMBORES DE PIEDRA

Instantes antes de sumergirse en lo que parecía iba a ser una pena infinita, sintió extrañeza de su yo desventrado y se mostró más afectado que de costumbre por el reconocimiento de su propia pequeñez. La pena en cuestión llegó en brazos de la sombra de una sombra que cruzó por la cercanía de su rostro recordándole de esta forma la gran mentira del mundo. La tal mentira consistía en afirmar que todas las imágenes son mentiras, tan mentira al menos como la ausencia de imágenes. En fin, lo único cierto es que, instantes antes de sumergirse en lo que parecía iba a ser una pena infinita, el lío era descomunal y una luna ingrávida se alzó sobre los restos de lo que pareciera una cortina negra azulada salpicada de remaches caprichosos. Una vez consumada la inmersión del sujeto en la pena infinita, el blanco de sus ojos desapareció convirtiendo sus cuencas en negros cristales que reflejaban con rigor lo que se le venía encima a este animal de bellota con máscara de rostro humano. En su cabeza resonaban lejanos tambores de piedra.

sábado, 15 de mayo de 2010

TENÍA QUE PARTIR

Nunca supo a ciencia cierta si se trataba de una huida o de una marcha triunfal. Lo cierto es que vivió aquello que dio en llamar su vida como si de un sueño se tratara. Dueño y juguete a partes iguales en manos de esa misma vida, se dejó mecer al son de bellas historias de amor, luchó por ser quien quería ser o quien creía ser, amó, bebió del vino que se escondía tras labios herméticos, vistió de azul y portó el anillo, y todo eso lo hizo bien, razonablemente bien, hasta que el tiempo de la muerte vino a cutir su piel. Fue en ese mismo tiempo cuando, apesadumbrado, descubrió cómo la rigidez se adueñaba de sus primeros deseos. Tenía que partir, y nunca supo a ciencia cierta si se trataba de una huida o de una marcha triunfal.

viernes, 14 de mayo de 2010

TIEMPO DE ZARZA

Congeló en su corazón enormes porciones de venganza que caducaron y con el transcurrir del tiempo se echaron a perder. Y decidió marchar. Bebió de su vergüenza y cegó el balcón y las ventanas de la casa, hecho lo cual sólo le restaba dinamitar los pilares de miseria y sumergirse de lleno en la historia de derrotas cotidianas de las que se alimentaba su ruina. Y todo eso lo hizo sin mirar atrás. Y a renglón seguido se sentó porque estaba más cansado que un perro. Y una vez sentado, la sombra de su mano se proyectó sobre el futuro. Y el tiempo le pareció un tiempo de zarza. Y la soledad, una soledad desfallecida.

miércoles, 12 de mayo de 2010

BODAS DE PAPEL

Conocidos por su delicada inteligencia, celebraron sus bodas de papel golpeando ollas y cantando con tal estruendo y regocijo que terminaron por despertar la curiosidad de los demás difuntos. Sus cuerpos ya no eran suyos. No les pertenecian. Lo donaron uno al otro y ahora se recrean uno junto al otro. Disfrutan uno del otro como si se tratara del último desahogo del alma antes de perderse por los caminos de las tinieblas. Pareciera como si la vida se asemejara a un precipicio sin fondo, pero no es verdad. Hay fondo, y quizás por eso cantan y tocan sus tambores ataviados con sus anillos de papel.

martes, 11 de mayo de 2010

LA IDEA

La presencia contenida de sus párpados le condenaba a un bochorno descomunal, lo que a su vez generaba en el potencial durmiente emociones inexplicables. Esa era la idea. Más o menos esa era la idea. Necesitado como estaba de vivir vidas que no le habían sido dadas vivir, posó los restos del día sobre la mesilla de noche y cerró los ojos con fuerza para intentar huir de la escombrera en la que se acumulaban las montañas de horas inútilmente malgastadas. Al borde de la escombrera había un abismo, y más del abismo estaba el incuestionable discurso de un sol roto reflejado en el espejo. Esa era la idea. Más o menos esa era la idea.

lunes, 10 de mayo de 2010

AL AMOR DE LA LUMBRE

Hacía mucho tiempo que era su abuela la que hablaba a través de la boca de aquella niña. Cualquier día, un día normal, el tiempo se esparcía a orillas de las brasas del fogón habitando fronteras desprovistas de sentido. Eran días tranquilos donde las lenguas de fuego devoraban la madera y sólo el leve murmullo de esa misma madera deshidratada hacía crujir un silencio y una calma que vistas desde fuera parecieran perfectas. Todo estaba tranquilo pues cuando, de pronto, surgía una voz, y después otra, y todas esas voces poseídas acontecían al amor de la lumbre. La voz de la abuela se acaramelaba contra la garganta de la niña ocupando el aire como si de ecos se trataran. Ni que decir tiene que todos los allí presentes escuchaban con atención procurando captar el más mínimo detalle de aquel otro lugar de donde provenía aquella voz antigua de carbón vegetal. Las tinieblas hablaban a oídos de un viento siniestro y sólo la tibia carne de la niña pareciera no entender la naturaleza milagrosa del suceso que estaba teniendo lugar.

sábado, 8 de mayo de 2010

MENTIRÍA SI DIJERA

A las cinco y diez dejará de amarme. Yo no lo podría decir con tanta precisión, pero ella si. Es alemana. Mentiría si dijera que la sal aguada no se asomó a sus ojos mientras lo decía, al igual que mentiría si dijera que la derrotada intrascendencia de su exacta certidumbre no hizo mella en quien esto escribe, especialmente en aquellos momentos en los que hacía memoria y volvían a mi presencia los ojos y el espectro entero de aquella mujer que tuvo la desfachatez de hacerme promesa de amor eterno. Mentiría si dijera que no amé y que no me alimenté con la ilusión de esa dulce mentira.

viernes, 7 de mayo de 2010

EL SOLUCIONÓLOGO

Siempre tenía entre sus manos un problema que resolver, de modo que para descansar, en sus escasos ratos de asueto, solía buscaba refugio en lo más profundo de su sillón de pensar, sillón éste que fácilmente se convertía en sillón de sestear y a veces, pocas veces, en un sillón de orejas desde el que observar cómo el silencio se convertía en inspiración. Pues bien, ocurrió que aquella tarde, desde las más recónditas profundidades del sillón de sestear, llegó un sueño que se apoderó por completo de aquel personaje cuya principal característica, además de sus ya citadas dotes como solucionólogo, consistía en su habilidad para habitar sillones. En dicho sueño, dos cuerpos, dos cosas, eran arrojados a la lucha como parte de un ritual desconocido, mientras la nieve se apoderaba del jardín. El sueño resulto agotador ya que nada se daba por ganado. Cada dia volver a ganar lo que ya se tuvo el anterior. Cada dia volver a enamorar a la enamorada de ayer.

miércoles, 5 de mayo de 2010

LLEGARÉ A NADA

De los vestigios de besos derrotados, de los concebidos y no dados por ejemplo, nace una vana encomienda de versos tristes que en el mejor de los casos se queda en mera ensoñación y en el peor en una sucesión inconsciente de silencios imaginados. Eso lo sé. También sé que recrearse en exceso en la imagen de su lengua abriéndose camino en mi boca no conduce a nada bueno. Lo sé porque el irreal recuerdo de aquella lengua produce galernas de desequilibrios que vertidos sobre mi pupila generan sombras azarosas que avanzan, instante a instante, línea a línea, hasta engendrar embarazosos silencios que termino regalando por los bares. No sé nombrar lo que nos separa. No sé dar cuenta de tamaña distancia. A este paso, me digo, llegaré a nada.

martes, 4 de mayo de 2010

LA MUTACIÓN

Aquellos que encuentran sin buscar y tienen el don de predecir las catástrofes y los cambios quizás no concedan demasiada importancia a la aparición que tuvo lugar a un palmo de mis narices: delante de mí flotaban hileras de dientes resplandecientes bordeados de unos labios que se me antojaban jugosos y profundos. No fue sino mucho tiempo después que pude saber algo del pedernal que tenía por alma aquel ser con dientes de leche y carnosos labios de mango. La mutación sobrevino de golpe. Una negra polvareda se levantó recubriendo de fino humo negro el blanco pedernal, permitiendo de esta forma que la negruzca masa de la noche mostrara a las claras los secretos de su oscuridad primordial.

lunes, 3 de mayo de 2010

EL AURICULAR

Recojo con desgana los despojos de aquello que fue mi luz, y este ejercicio de recogimiento lo acometo con parsimonia de cruda pena, con congoja desganada, todo ello debido a que la totalidad del trabajo recolector lo realizo encadenado a la ponzoñosa tiranía de lo que fue. Mando al peculiar cesto cosechero la lluvia de estrellas arrebatadas, y los prados bañados de luna llena, y las serpentinas de ilusiones y esperanzas, y el famélico tiempo aquel en el que esperaba volver a ver sus ojos, y hasta los sueños en desiguales lisonjas acaban en el oscuro fondo de lo despojado, todo ello debido a que he sido criado al cuidado de sonrisas y vientres claros y no consigo quitarme de encima la dolorosa sensación de que algo que nunca fue mío falta en mí. Sólo la plomada firme y estable de su garganta imantada en el auricular me mantiene en pie.

domingo, 2 de mayo de 2010

INEXPIABLE

Inexpiable, la pesada sensación de culpa se adueñaba poco a poco de su pecho de forma y manera tal que no resultaba en absoluto descabellado pensar en que llegaría un momento donde el ahogo y el sofoco conducirían a su organismo a una asfixia que por momentos se antojaba irremediable y deseable todo a un tiempo. Ni que decir tiene que su obstinación obtusa en este tipo de pensamientos, además de bochorno interior y un cierto tipo de asma emocional, producía en su ser un estremecimiento muy parecido al que sufren las estrellas cuando se estremecen. Sea como fuere, lo cierto es que este adagio de agobio y opresión, articulado en torno al ronco cuerno del lenguaje y el pensamiento, nunca llegó a ser suficiente para provocar muerte alguna. La suya tampoco.

sábado, 1 de mayo de 2010

PROMESA DE FELICIDAD

Flotaban en el aire restos con recuerdos de asombrosa dulzura que convivían desnudos con restos de otros recuerdos en los que bestias malheridas malvivían aterradas de su propia locura y del odio que fueron capaces de engendrar. Y es que nadie dijo que los recuerdos estuvieran carentes de dolor. Tales recuerdos, en realidad, no eran sino sombras con matices de gris azulado que, por más que lo intentaban, no lograban obtener su propio perdón. Los ojos de la víctima, antaño guardianes de la luz y la claridad, se convirtieron con el transcurrir del tiempo en cuencos portadores de melancolía que apenas si sabían llorar. Pero eso en nada afectaba al curandero ladrón de ojos que juraba y perjuraba sobre las virtudes del veneno de mercurio. Decía que tal veneno, sumado en las proporciones adecuadas con la picadura de diez serpientes, haría el milagro de convertir la bilis del dolor presente en promesa de felicidad futura.