Mezcla
de balas frías y arrugas viejas, los recuerdos no terminaban de dejarle en paz.
No tenía más de tres años cuando la luz de una estrella perdida quemó sus ojos
y muchos dolores, hasta entonces perdidos, se dieron cita en las angosturas de
su pecho. Fue mucho tiempo después, muy de mañana, un día tonto en el que los
callejones silbaban las canciones de siempre y él apuraba su desayuno mezcla de
levadura y tierra verde, cuando los cuchillos se acercaron a él reflejando una
luz que no pudo prever. Lo dicho: no terminaban de dejarle en paz.
domingo, 30 de junio de 2013
sábado, 29 de junio de 2013
PISA LA TIERRA SIN SABERLO
Aletargadas y temerosas, las palabras se reunieron en una gran asamblea y
se propusieron razonar a propósito de ciertos asuntos referidos a los seres en
cuyas gargantas nacen. Las sensaciones no fueron buenas. Lejos de sentirse
seguras, barruntaban la inminente derrota del lenguaje y la que más o la que
menos se sentía distante y muy propensa en general al desasosiego. Cuando la última habló y la asamblea quedó disuelta se escuchó con
claridad y precisión diamantina el grito silencioso de quien lo ha perdido todo
y, como el sol, pisa la tierra sin saberlo.
viernes, 28 de junio de 2013
BAÑADO EN BRUMAS
Dicen de él que no sabía contar historias y que, bañado en brumas, solía
encargar a la espuma de un mar cercano la invención de monótonas canciones de
distancia y desencuentro que él repetía y repetía, primero musitando y luego
tarareando, hasta que pasado un tiempo no se sabía si, porque ellas se
adueñaban de él o porque él las hacía suyas, eran una y la misma cosa. Dicen de
él que no sabía contar historias, pero todas las historias hablaban de él.
jueves, 27 de junio de 2013
ALGO CERCANO AL MISTERIO
Testigo
de algo cercano al misterio, a lo innombrable, se dejaba llevar por un aria que
flotaba en el aire con el temor propio de quien no quiere volar con la bandada
equivocada. Su indecisión, unido a la sequedad de su alma, a punto estuvo de
perderle una vez más. Hay que explicar, a modo de eximente, que la canícula
hacía su trabajo y que, como brasas recién traídas del infierno, el calor caía
a plomo dejando humeantes recados sobre su sien.
martes, 25 de junio de 2013
...Y VOLVIÓ A DORMIR
Lloró su ausencia durante tres días y tres noches, pero los recuerdos no
descansaron hasta que, llegado el amanecer del cuarto día, se hizo el vacío,
cerró los ojos y se durmió. Nunca recordó haber despertado, pero lo cierto es
que un viento ligero y fresco llamó a las puertas de su cara y ya no sintió
necesidad de más penas. Comió mango maduro, olió el mar, lejano aún, escuchó el
compás de la vieja milonga…y volvió a dormir.
lunes, 24 de junio de 2013
IDO
Pasó abril, llegó el día de mañana, y él se fue. Y fue así, ido, como anduvo los caminos, rebuscó entre los letreros de la terminal de autobuses y, llegada la hora, se volvió a ir. Le costaba encontrar su asiento en el mundo –era culo de mal asiento, decía su abuela- y aquél autobús no fue una excepción. Alguien le orientó hasta que, por fin, se dejó caer muerto de cansancio sobre un trozo de hule desgastado y, ahora sí, llegado el momento, se fue lejos, muy lejos, en brazos de un sueño que prometía, si no la gloria, sí al menos algo de sosiego.
jueves, 20 de junio de 2013
SINFONÍA DE HIERROS
Olvidó,
mintió, y volvió a olvidar. A todo esto, una sinfonía de hierros y piedras
estridentes fue abriéndose paso entre sus aguas neuronales, elevándose después
sobre el vacío en busca de un viento propicio que la transportara más allá de un
invierno que, de cuerpo presente, se presumía largo y vaporoso. Y se olvidó de
sí, y para olvidar mejor, se volvió a mentir.
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