lunes, 31 de marzo de 2014

CANSADOS CEREBROS


Borrachos -y soberbios, y amnésicos desde siempre, y desamparados, y quejumbrosos, y hacinados en sus propios miedos, y dolientes- de tanto sol y de tanta mentira, escucharon el ir y venir de unas campanas que anunciaban la buena nueva de un adiós lejano y, quizás por eso, familiar. Acto seguido hincaron sus rodillas sobre las frías ruinas de algo que antaño debió ser un templo y, olvidando su propia humanidad, se despidieron con un hasta nunca que retumbó de por vida en las bóvedas de sus cansados cerebros.

domingo, 30 de marzo de 2014

MALEVOLENCIA

Tenía una fantasía tan alejada de todo lo natural, y era capaz de crear en sus labios una sonrisa tan bella y tan inocente, que el pasmo cundía entre aquellos corazones sensibles que tenían la suerte de compartir con ella diez minutos de su existencia. Bien es cierto que su sistema lógico dejaba mucho que desear y que las contradicciones de sus breves discursos se multiplicaban dibujando órbitas elípticas entorno a una cabeza, la suya, que aparecía a todos los efectos como centro de todo el universo conocido. Por las noches padecía conflagraciones de sueños y colores que la sumían en una especie de insomnio permanente y profundo. Nadie sabe por qué, sufrió en exceso de la malevolencia ajena.

sábado, 29 de marzo de 2014

EL TIEMPO


El tiempo no espera a nadie. Esta actitud, aparentemente tan despiadada, tiene de bueno que, a cambio, no espera nada de nadie. Cada gusano va creando su constelación de vacíos. Son lugares repletos de luz y nácar donde los metazoos van depositando su confianza en la eterna maternidad del agua, al tiempo que generan un tumulto de arrugas que amenaza con ahogarlos. Cada oruga, en cada tiempo, hace lo que puede. Y en eso consiste es la historia.

viernes, 28 de marzo de 2014

DIÁLOGOS


No me gusta nada esa manía suya de entablar conversación con cualquier fantasma que pase cerca de su cama. Ese tipo de diálogos está transformando su elocuencia en retórica hueca y, tiempo al tiempo, terminará convirtiendo su amor en pura lealtad canina.

jueves, 27 de marzo de 2014

SED INFINITA


Él trataba de imaginar la furia de los lirios y los secretos traseros de un jardín en pleno éxtasis, mientras la geografía completa de una forma imaginada hablaba de luz, de calor y de recuerdos que, espoleados por la vibrante plenitud del momento, latían rítmicos y convulsos. La geografía completa de una forma imaginada hablaba de él, mientras él intentaba quitarse de encima restos de olvidos que, depositados en los ojos, las orejas y hasta en la lengua, le producían una sed infinita.

miércoles, 26 de marzo de 2014

UN HERVIDERO

Con las piernas cruzadas en el banco de siempre, mantenía la mirada fija en unos árboles que destacaban por su vulgaridad al tiempo que acariciaba el revolver que compró en Venecia a un mago ciego y estafador. Sus pensamientos eran confusos y resulta difícil describirlos al por menor. Resumiendo, se preguntaba entre preocupado y hermético si sería éste un buen momento y un buen lugar para mandar todo al carajo. Durante un buen rato, su cabeza y el bolsillo derecho de su abrigo continuaron siendo un hervidero.

martes, 25 de marzo de 2014

LAS FLECHAS DEL TIEMPO


Indiferente a lo que veían sus ojos, vivía refugiada en las tenues sombras de un sueño ciego, y era allí, en la intimidad de la penumbra, donde tenía por costumbre mostrar las coordenadas de su belleza. Nunca dio muestras de heroicidad alguna en la defensa de su yo hasta que, finalmente, fue conquistada por una persistente tentación que la perseguía desde muy lejos. Las flechas del tiempo asaetaron cada poro de su hermosura, pero nunca se olvidó de respetar su propio sitio en el mundo.

IGUALITO QUE UN PERRO


Poco después del adviento, en una olvidada esquina de un lugar que tenía toda la pinta de ser el universo infinito, algo o alguien -probablemente la casualidad- me reveló tu nombre. No fue un soplo de suave cadencia, no. Lo recuerdo más bien como un aullido, una perturbación necesaria y violenta del aire, que me despertó del letargo y la tristeza, e, igualito que un perro, me puso tras tu rastro.