Su miedo era tan puro, sus lamentos tan amargos y desinteresados,
que si de normal tenía un aspecto cetrino y algo fatigado, minutos después de
la noticia su semblante adoptó forma de guiñapo garrapiñado, si es tal cosa
pudiera existir en la imaginación del lector. El caso es que, sintiéndose como
se sentía cuna de la ignorancia universal, la confidencia a propósito de la
próxima extinción de una especie animal, una especie que por coincidencias de
la vida venía a coincidir con la suya, le produjo un sobrecogimiento y un
estupor fuera de lo común. Un gin-tonic se hacía inevitable.
lunes, 31 de agosto de 2015
domingo, 30 de agosto de 2015
EL HOMBRE DE SU VIDA
Todo hombre tiene un componente importante de ficción, y este
hombre, el hombre del que les vamos a hablar hoy, aún a pesar de tener sus
buenos huesos y su buena porción de carnes, no era una excepción en lo que a
invención se refiere. Para empezar hay que decir que este hombre tenía nombre.
También hay que decir que este hombre estaba en un hotel que también tenía
nombre. Así pues, tenemos un hombre, dos nombres y un hotel. Pues bien, este
hombre cogió su identidad a cuestas y se subió a la azotea del hotel con la
sana intención de fumarse un cigarrillo y tirarse al vacío. Ahora bien, si
tenemos en cuenta que es el lugar el que crea al individuo, no les debiera
extrañar el hecho de que, en ese mismo instante y en esa misma azotea, una tal
Mariana, que se disponía a apagar su cigarrillo y volver a sus labores en la cocina,
viera aparecer en esas alturas al que tenía toda la pinta de ser el hombre de
su vida.
viernes, 28 de agosto de 2015
UN INSTANTE DE FELICIDAD COMPLETA
Vivía escondido, encerrado sobre sí mismo, como si en algún lado
de su alma la carcoma estuviera realizando con una pasión y entrega
desconocidas su trabajo devorador. De hecho, se había propuesto encerrarse y no
salir hasta que el mundo se le viniera encima. Un mal día se le ocurrió entrar
en la habitación de su padre, muerto hacía ya años, y abrir el cajón superior
de la vieja cómoda. El intenso perfume a jabón de la casa de siempre que se
apoderó de él sirvió de espoleta. Separó las hojas de la ventana de la
habitación, y la noche pareció haber enloquecido de alegría. Así, una tras
otra, fue abriendo cosas, muebles, puertas, gavetas, ventanas, y recibiendo
dichas también una detrás de otra, hasta
que él mismo se abrió en canal y oreó sus vísceras en la enrarecida atmósfera
de la estancia, con la esperanza puesta en disfrutar de un instante de
felicidad completa. Nadie sabe si lo logró.
jueves, 27 de agosto de 2015
CREER EN LA RISA
Dejó
de creer en la risa el mismo día en que dejó de ver pulpos en los estanques,
las gaviotas dejaron de comer peces delante de sus narices, y las estrellas
ocuparon su sitio entre las matemáticas. Con todo y eso, en aquel último
amanecer aún se pudo percibir en sus ojos la timidez de un Sol apenas si
naciente, y se desayunó con un gran racimo de nadas que le supo a gloria.
miércoles, 26 de agosto de 2015
MIRLOS
Más o menos a la hora en que los sonámbulos dejan sus correrías y descabezan un sueñecito reparador, aquel linotipista en paro despertó sobresaltado, preguntándose por el misterio que se esconde tras la transmutación de la grasa en músculo. Zarandeó a su mujer, la interrogó al respecto, y ésta en respuesta intentó matarle, con tan poco acierto que fue ella la que se desnucó con el quicio de una ventana mal cerrada. Enajenado por completo, aquel veterano oficial de las artes gráficas miró por la ventana ensangrentada, constató todo lo que los mirlos saben del campo, y con ese pensamiento en su cabeza durmió más y respiró mejor.
martes, 25 de agosto de 2015
A NINGÚN LADO
De
paso callado y húmedo, consumía sus esfuerzos en el trajín de desplazarse por
descampados y pedregales que parecían no ir a ningún lado. De tanto en tanto se
disfrazaba de viñedo, o de olmo viejo y cansino, sólo para esconder huesos y
dolencias a la vera de algún camino y dejarlos reposar. La brisa esperaba a su
lado, junto al cielo vacío y al morral donde guardaba el muérdago, no fuera el
caso que le faltaran las fuerzas y hubiera que empujarle de nuevo a andar, ni
que decir tiene que a ningún lado.
lunes, 24 de agosto de 2015
UNA VENTANA
Para su cumpleaños pidió una ventana. No
una mirilla, no, una ventana, y una nueva a poder ser porque con ella quería
ver un mundo nuevo. Su suerte no debía ser de las peores porque se la
regalaron, pero -y hete aquí el maldito
pero de siempre- el cristal no debía ser de muy buena calidad habida cuenta de
que aparecían constantemente fragmentos del viejo mundo: hombres que buscaban
el origen de su llanto en lejanos lugares, un loco que intentó envolver el
silencio con abrazos, los delicados pulsos de unos amantes que, uno contra
otro, sonaban al mismo compás, y un grupo de niños fieros y diminutos que
mantenían alejados a los demonios con engaños y travesuras. Nada nuevo bajo el
Sol.
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