La consciencia de aquel yo, inmerso en lo que podríamos denominar
una unidad de vida de orden superior, se desplazaba por los pasillos del
Institut Pasteur de París cualquiera diría que como Pedro por su casa. Mirado
de cerca, destacaban en su cara unos incisivos más adelantados de lo que
debieran debido a un problema de diseño en su prótesis dental. Analizado más de
cerca aún, podíamos decir que este súper yo, que se balanceaba en precario
equilibrio por el laboratorio con un exceso de voluptuosidad y alguna que otra
arcada debido a la demasía en la ingesta de alcohol, andaba en realidad en la
búsqueda ni más ni menos que del caldo primordial, esa mezcla milagrosa en el
cual tenía lugar el nacimiento de lo orgánico a partir de lo inorgánico. En
honor a la verdad hay que decir que, en la botella de ron haitiano de la que
dieron buena cuenta el citado yo y tres auxiliares de laboratorio más, no
encontraron resto alguno del citado caldo primordial, pero hubo muchas risas y que
aquel fracaso científico no afectó en absoluto a la buena opinión que ya tenían
de ese otro caldo haitiano.
sábado, 31 de octubre de 2015
viernes, 30 de octubre de 2015
DESASTRES
Consciente del papel que venía desempeñando en sus propios
desastres, se alarmó sobremanera al constatar en su pecho una ansiedad en modo
alguno prevista. Se trataba de un síntoma conocido e inequívoco, un indicio que
podía desembocar en otro episodio más en su longeva y nada decorosa carrera de
ataques de histeria. Algo desacostumbrado estaba ocurriendo y, más allá del
natural sobrecogimiento, se preparaba para lo peor.
jueves, 29 de octubre de 2015
CLÍNICA DENTAL
Una
tarde en la que el frío parecía azulado y la lluvia caía como escorada y herida
por las ráfagas de un viento inmisericorde, una tarde de perros en fin,
dormitaba nuestro héroe sobre el sofá, algo distraído y más despeinado que de
costumbre. Aun así, ni el duerme vela en el que se mecía, ni lo inclemente de
la tarde, ni su haraganería innata, le impedía hojear con calculado descuido la
publicidad de aquella clínica dental. Este folleto excitó su psiquis de modo
tal, que no paraba de darle vueltas en su pelota a la posibilidad de crear un
nuevo alfabeto que explicara ese mirar sin ver, ese silencio irreal que era
puro metal de prótesis y luz de luna, la nívea blancura de aquellos dientes
que, más que dientes, parecían brillantes escuadrones de mármol dispuestos a
triturar el tiempo y la vida, y que no podrían por menos que eyacular hermosas
palabras repletas de espuma y sal.
miércoles, 28 de octubre de 2015
NOTICIAS
Irresoluto y suspenso, sentado sobre la hierba con un libro entre
los brazos, miraba a lo lejos la carcomida tapia del cementerio. Y pensaba en
sus cosas. Y como resulta que sus cosas, las cosas de hoy, tenían que ver con muertos, le
dio por pensar que los muertos sabían algo que él no sabía. Algo importante a
lo que se ve ya que, bien por miedo o bien sea por desgana, ninguno se había
atrevido en darle noticia alguna al respecto. En fin, hay que tener paciencia.
Tarde o temprano también él llegaría a saber lo que sea que haya que saber, y
para esos entonces es probable que tampoco tuviera ganas de ir por ahí hablando
con unos y con otros dándoles noticias de cosas obvias y, probablemente,
incomprensibles.
martes, 27 de octubre de 2015
ASHANTI
Concebía el hambre como una señal de
afecto. Pensaba que si su cuerpo no le quisiera, entonces no protestaría tanto y
se limitaría a dejarla morir sin tanta molestia y tanto dolor. De esta manera, Ashanti
permanecía arrumbada y pensativa tras las acicaladas tinieblas del hambre, y a
falta de alcaudón que anunciara ruidosamente la felicidad de la mañana, una
sinfonía de tripas mal avenidas amenizaba su despertar.
lunes, 26 de octubre de 2015
GRUPOS DE RIESGO
Es
hora ya de que los errados levanten el vuelo escapando así de la polvareda de
cicatrices que tanto les agobia, y de que aquellos que forman parte de los
grupos de riesgo empiecen a vacunarse tomando la miel y el limón de los labios
que tengan más a mano. Es hora también, y con esto finalizo el parte horario,
de que el rayo deje de transmutar su impotencia en esa ira que no sirve sino
para empañar los espejos.
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