El camión se movía pero las sandías no terminaban de acomodarse. Una de ellas, la más fresca, habló. Si me quieres ver, búscame en El Silencio. Eso le dijo a Jairo. Y Jairo, falto de palabras como estaba para expresar lo que ya sabía, fue. La pena es que, una vez allí, no terminara de decidirse a querer aquello que más se quiere. Y entonces sí, El Silencio se hizo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario