Rigurosos desguaces desovan por mi garganta a un ritmo matemático. Malo. Además, el frigorífico no deja de emitir una luz de pájaro y un rumor sordo. Peor. Para colmo de males tus pecas quieren decirme algo. Sé que quieren decirme algo, pero no doy con ello. ¿Sabes qué? Que me voy al cine y que sea lo que dios quiera.
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