En uno de esos derrepentes tan tremendos que tenía, los confines del silencio se llenaron de sombras. Fue como si lo sacudieran por dentro. Sus recuerdos se fueron espesando. Y las imágenes de los recuerdos y el celofán delas palabras en las que envolvía los recuerdos también se fueron espesando, hasta que por dentro terminó hecho un mar de plomo.
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