domingo, 1 de agosto de 2010

ASÍ ESTABAN LAS COSAS

La piedra ya estaba en la onda y la nada en la palabra. Así estaban las cosas. Ocurría también que un gesto, huérfano de toda esperanza, reprochaba al aire su apariencia de inconsciente levedad. Así también estaban las cosas. Diez pasos más allá, un recuerdo no quería separarse de su correspondiente olvido. Y nada más. Y así estaban las cosas hasta que las cosas dejaron de estar.

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