domingo, 27 de junio de 2010

IRSE PUDRIENDO

Tiembla la pálida inmensidad del infinito bajo la protección de algún dios, y a pesar de lo que pudiera deducirse de su aspecto, extraña mezcla de seguridad e inelegante apariencia, nunca supo bien si regresó de aquél sueño o si aún continúaba atrapado en él. Sea como fuere, tenía la sensación de haberse perdido antes de empezar y no le quedaba otra que irse pudriendo apaciblemente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario