sábado, 26 de junio de 2010

LA CÁRCEL

Construí la carcel en la que vivo, y tal cosa la hice penetrando lo más profundo que pude en los entresijos de la irrealidad. Una vez instalado en la mazmorra adelgacé muchísimo, tanto que me pareció ver una lluvia sin nube que se descolgaba de unos ojos que me miraban tras el cristal y que bien pudieran ser los ojos de dios, o los tuyos, que también los tienes bonitos.

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