lunes, 22 de noviembre de 2010

LOS OJOS COMO PLATOS

De las tripas de un abollado saxofón salieron las notas que le permitieron contemplar un mundo por completo desconocido. No es extrañar, pues, que tuviera los ojos como platos, y los platos llenos de tristeza. Antes del extraño milagro, que tuvo lugar en la explanada de los Camellos de Madera, gustaba de normales tales como arrastrar su culo entre los taburetes de los garitos al escuchar el son de un mambo violento.

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