lunes, 9 de abril de 2012

CADA CUAL EN SU SITIO

Inventó sobre la marcha la historia de un ejército de olorosas lenguas de pinos que cayeron derrotadas sobre el musgo de un bosque centenario, pero después de la historia todos siguieron igual. Ella, el musgo, él, los pinos…todos siguieron igual hasta que la escarcha, las añejas luces del atardecer y la desafinada melodía de un llanto, puso a cada cual en su sitio. Pensó que con el vacío que dejan las historias dejadas de contar se podrían rellenar sacos enteros de vidas.

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