viernes, 13 de abril de 2012

SE ARRASTRABA POR LAS HORAS

Sudoroso y algo descolorido, vivía con el entendimiento y los sesos medio desnatados, lo que bien mirado es normal si tenemos en cuenta los mares de desgracias que no paraban de llover sobre su cabeza. Bastaba ver su melancólico cansancio para entender que no temía en exceso perder la vida, y quizás fuera por eso que ni hacía lo conveniente para aumentar su hacienda ni velaba lo que debiera por la salvación de su alma. Triste y pensativo, se arrastraba por las horas.

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