Como una maldición, una historia le persiguió uno tras otro todos los días de su vida. Irremisible, se veía sentado frente a la pantalla intentando contar eso que imaginó, o que llegó a ver, o que le contaron, que ya ni sabe a ciencia cierta cómo fue que aquél demonio llegó a su vida. Una vieja barca industrial repleta de lodos, avanzaba río abajo dispuesta a rendirse ante cualquier anhelo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario