Se extrañaba de sentirse extraño mientras
pensaba en tonterías a propósito del tiempo en general y de los adverbios
temporales en particular. El ahora, se decía a sí mismo en medio de un proceso
febril, viene y se va tan pronto como lo has dicho…Lo cierto es que la
melancolía de un alma confusa da para eso y para mucho más. Dejémoslo ahí.
Interesa destacar de todo esto el hecho de que, más allá de la paradoja innata
en este tipo de maridajes, la unión entre la enfermedad y la estupidez
representa un drama, o un melodrama si lo prefieren, del que resulta difícil
huir.
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