domingo, 16 de noviembre de 2014

OJERAS


Tenía los ojos de un color imposible, una especie de amarillo verdoso o de verde amarillento raro, muy raro, que convertía su mirada en una atractiva fuente de impertinencia incompatible con cualquier atisbo de timidez. Otra nota característica de su mirar era la trasparencia: en su interior luchaban fuerzas poderosas, de una intangibilidad sagrada y casi indiscutible, y esa batalla colosal se reflejaba en sus ojos en forma de un cansancio profundo y de unas ojeras que daban miedo.

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