Creía conocer un mundo
que los demás ignoraban. Aún así, su vida consistía en una
sucesión de acciones sin otro objetivo que el de protegerse a sí
misma. Eso no la evitaba tener sueños. Había una escalera. Y de esa
escalera surgía otra escalera, y otra, y otra. Algunas noches
parecía que alguien golpeaba sus ojos, pero sólo eran ganas de
llorar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario