sábado, 15 de septiembre de 2012

MARAVILLOSO PRODIGIO

Aquél maravilloso prodigio accidental en el que podría resumirse su primer contacto con el peyote le convirtió en un ser de un tiempo pasado en el que sacerdotes y hechiceros relataban sus historias al viento. Sus ojos, de un blanco enloquecido, miraron en su interior, reviviendo así secuencias inconexas de una vida que, aun reconociéndola como suya, parecía no pertenecerle. Todo iba muy rápido y, aún a pesar de ser un maniático del detalle, no pudo entregarse a un análisis compulsivo y sistemático de las imágenes. Agotado, estuvo a punto de no volver.

No hay comentarios:

Publicar un comentario