martes, 27 de julio de 2010

AQUEL LUGAR

Llegué a aquel lugar porque no recordaba si estuve antes allí o no. Nadie supo aclarármelo, así que tuve que ir. Lo curioso es que el día que llegué, que es como decir el día que volví, no sabía donde estaba. Tampoco hoy sé donde estoy, pero sus manos frías ya no aprietan las mías y la duda es menos urgente.

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