domingo, 18 de julio de 2010

HEGEL

Ojalá no sea más que el último estúpido, un diletante del subgénero de los tarados, alguien absurdo que insiste en sus tonterías aún en período de vacaciones, pero lo cierto es que fui a visitarle a su casa de Stuttgart y encontré a Hegel más sólo que nunca. A la salida del caserón percibí un rumor a tarde dormida por la que, ligeritos de ropa, desfilaba una galería de almas deformess muy del gusto de Valle-Inclán.

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