Su pensamiento podía sintetizarse en la melancólica idea de que quizás la vida no le mereciera. En eso iba pensando cuando alguien puso la mano sobre su hombro y su corazón se paró. Las consecuencias son conocidas: cuando un corazón cualesquiera se detiene, se detiene también el tiempo del propietario del corazón, desmoronándose el sujeto todo como si de un montón de ruinas se tratara. Y alguien se desmoronó.
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