No sé si peor que nunca es mejor que peor que siempre. Siempre pendiente de sus labios y de las nubes que nacen y mueren sin entendimiento alguno que justifique tan prolífica mortandad. Siempre pendiente de la aguja que repite y repite el azaroso destino de la herida. Conciencia de herida perdida. Nubes de plomo. Piedra infeliz.
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