jueves, 8 de diciembre de 2011

UN SER DE CARNES BLANDAS

Sin volver la espalda y con los pies quedos, embobado también y algo atónito, este santón gustaba de rumiar las palabras antes de soltarlas por la boca. A veces decía cosas que de complicadas y raras que eran apenas si se podían pensar. Pero hoy no. Hoy, después de un prolongado mascullar y para sorpresa de sus discípulos, cuando por fin abrió la boca lo hizo para decir que se reconocía como un ser de carnes blandas. Dicho lo cual calló.

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