lunes, 9 de julio de 2012

FLACUCHO Y DESHUESADO

Flacucho y deshuesado, más entelequia que ente propiamente dicho, pasaba los días y las noches imaginando enigmáticos cielos inaccesibles al común de los mortales, donde el bullicioso crecer de los pájaros menudos se adueñaba por momentos del aire. A propósito de las flores apenas si necesitaba imaginar nada: bastaba con cerrar los ojos para sentirlas en toda su plenitud. Al otro lado de su imaginario vivir quedaba lo amargo, lo puro, lo complicado.

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