La tentación de volver a sentir pudo más que las razones. En realidad, presentía algo así. Hacía ya tiempo que, piedra sobre piedra y nube sobre nube, jugueteaba con la idea de la muerte y los presagios le daban la razón. Pero no le importó. A pesar de los malos augurios, partió rumbo a un deseo loco y tardío que nutriera, quizás por última vez, sus ojos de esperanza.
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