Las uvas habían madurado y pensó en salir un rato a caminar a ver si había suerte y reventaba de una vez. Y al salir vio a los pajarillos picotear las hojas de la enramada, y los vio piar lo mismito que si rieran, y revolotear de aquí para allí como si en derredor suyo no se estuviera derrumbando un mundo. El caso es que salió a ver si reventaba, pero no hubo suerte.
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