jueves, 3 de febrero de 2011

COMO UNA SOMBRA UNIFORMEMENTE ACELERADA

Tuvo una revelación: sin fervor, con la misma tensión y rectitud que una piedra cae en el pozo, dudaría de sí. Y así fue. Nueve mil novecientos noventa y nueve días después de aquél sueño, la cama de entrambos quedó convertida en polvo, y entonces dudó. Camino del baño, y en medio de una calma perfecta, su alma se desplazaba dentro del pijama como una sombra uniformemente acelerada.

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