Se conocen muchas anécdotas. Una de ellas, no sé si la más veraz, cuenta que nació dos veces, y que fue en el segundo de sus nacimientos cuando conoció a Fabian. Este tal Fabian era un hombre de pelo revuelto que plantaba huertos en las autopistas y cada día se inventaba una soledad distinta. El yo de Fabian tenía muchas máscaras. Una de las más utilizadas representaba a un don Nadie perdido en medio de la Nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario