Estaba como fumado, o como bebido, en fin que su percepción resultaba un tanto extraña y no sabía muy bien qué demonios estaba pasando. No controlaba. Todo parecía extraordinariamente importante, casi místico, y todo él era una máquina de captar señales sensibles . Los espacios parecían más vacíos que de costumbre. Y más solitarios. Los barrancos y las hondonadas de su piel parecían receptáculos paranormales. Nunca despertó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario