lunes, 3 de mayo de 2010

EL AURICULAR

Recojo con desgana los despojos de aquello que fue mi luz, y este ejercicio de recogimiento lo acometo con parsimonia de cruda pena, con congoja desganada, todo ello debido a que la totalidad del trabajo recolector lo realizo encadenado a la ponzoñosa tiranía de lo que fue. Mando al peculiar cesto cosechero la lluvia de estrellas arrebatadas, y los prados bañados de luna llena, y las serpentinas de ilusiones y esperanzas, y el famélico tiempo aquel en el que esperaba volver a ver sus ojos, y hasta los sueños en desiguales lisonjas acaban en el oscuro fondo de lo despojado, todo ello debido a que he sido criado al cuidado de sonrisas y vientres claros y no consigo quitarme de encima la dolorosa sensación de que algo que nunca fue mío falta en mí. Sólo la plomada firme y estable de su garganta imantada en el auricular me mantiene en pie.

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