Fue bajo una luna de mercurio que me abandoné al agotamiento y me dispuse a brindar por mis errores. Siempre he vivido en el error, de yerro en yerro, pero no fue sino hasta ahora que dispuse de una relación minuciosa y completa del enjambre de pifias del que me alimento. El inmenso cuento chino que resume aquello que creo, conozco, recuerdo y hasta sueño, ha resultado estar plagado de gazapos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario