No sabía si quedaba algo importante que decir pero, a tenor de lo que sucedió a continuación, no había visos de que dejara de hablar, quedaran o no cosas que decir. Abocado al colapso y a la furia irónica, con un talento cercano a la monstruosidad, sabía de antemano todo lo que iba a pasar, y eso le hacía hablar al tiempo que le hacía sufrir. Salió a la calle, y en la calle había algo más que noche.
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