sábado, 16 de abril de 2011

EL ALMA DEL SEÑOR MüLLER

La dulzura del pecado fue tal, que pecó, y aunque con el transcurrir del tiempo se puso derecho por el amor de dios, lo cierto es que llegado el día decisivo fue dejado caer por aquellos que le sostenían. El estrépito de su alma contra el suelo resultó una revelación escandalosa. Y así fue, con sus entrañas y su aliento aún calientes, como el señor Müller se despidió de su espíritu.

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