miércoles, 11 de enero de 2012

ESOS ANDURRIALES

No bastaba madrugar, rogar y porfiar para ser un buen padre, le decía su padre, ya que las más de las veces era prudente acompañar la gravedad y la natural rudeza del cargo con algo de suave humildad, aunque sólo fuese por eso de que lo cortés poco o nada está reñido con lo valiente. De igual manera, volvía a decir su padre, se puede ser buen padre siendo limpio y con las uñas cortadas, ya que ninguna necesidad hay de lucir esas garras de buitre carroñero que tanto se llevan por esos andurriales donde a ti y a mí, hijo, nos vieron nacer.

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