domingo, 1 de enero de 2012

EN LA LLANURA DE SHINAR

En la llanura de Shinar, los buscadores de la verdad pura se desesperaban mientras Malambruno, el gigante, divagaba de verdad en verdad buscando la forma de remediar las cosas sin necesidad de morir. Para gusto y pasatiempo de los viandantes, su dulce sonrisa era capaz era de enternecer a los mármoles, de forma que cada detalle de su gesto se convertía en blandas saetas de un metal desconocido que atravesaban el alma ablandando al más pintado.

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