sábado, 11 de agosto de 2012

EL SERENO PAÍSAJE DE SUS OJOS

El sereno paisaje de sus ojos poco o nada decía sobre lo quebradizo de sus mimbres interiores. Los detritus y el desorden propio de la infancia se alargó indefinidamente, de forma y manera que los muñecos y animales de peluche, cincuenta años después, seguían formando parte del decorado familiar. Si no fuera por el tamaño de los vaqueros colgados en unas ramas del jardín, cualquier diría que el tiempo se había petrificado. Nacida en una familia de charlatanes y replicantes, empezó no teniendo historia y terminó como empezó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario