miércoles, 12 de diciembre de 2012

ESE MISMO DÍA LLEGÓ SU TIEMPO

Todo había ido de mal en peor desde que, una noche de invierno del año treinta, se miró en el espejo y no supo responderse a la pregunta de quién era. Pero ¿cómo saber que uno es quién es? Sabía, eso sí, que no era un genio desconocido porque los genios desconocidos no existen. Sabía también que todo era cuestión de tiempo, y como lo sabía, vivía siempre a la expectativa de que llegara su tiempo. Un día se vio a sí mismo como un animal lastimoso, y ese mismo día su tiempo llegó.

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