martes, 4 de diciembre de 2012

PROVERBIAL INEXACTITUD

En la Viena de 1927 los vivos se esfumaban unos dentro de otros hasta que uno de ellos, por pura desesperación, se propuso apartar sistemáticamente a los demás vivos de su conciencia. El vivo en cuestión no tardó en percatarse de que, bien mirado, una vez que se hubiera deshecho de todos los vivos ¿qué le quedaría? Nada. Apenas si la proverbial inexactitud de aquello que se alarga, que te rodea y que te enfanga la vida entera.

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