Al decir de su tía Mercedes, fue la contradicción innata en la que vivía, esa sequedad húmeda muy cercana al sí pero no, al quiero y no quiero, lo que le impidió llegar a conocer ese chasquido peculiar de origen germano que producen cualesquiera piezas de una máquina bien diseñada cuando encajan con firmeza unas con otras. Hacen cloc, o clic, dependiendo del material, pero jamás nada parecido salió de sus entrañas. En opinión del tío, a la sazón marido de la tía Mercedes, su estado de vulnerabilidad emocional quedaba de manifiesto sólo con ver el estado de decoloración de su orina.
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