miércoles, 19 de diciembre de 2012

LA MARIPOSA FATIGADA

Amontonada y mal repartida, escondida de la luz, la muerte se adueñó del aire dejando al descubierto jirones de carne traicionada y dividida. Lo demás no importa. El borracho que vio el hundimiento del metal en el asfalto, los cuchillos de soledad vertiginosa, se fue para olvidarlo. Al amanecer, fueron los campos anegados de harapos y sudores de polvo de trigo, los vieron llegar a la mariposa fatigada. Y se fue para olvidarlo.

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