Su entrega ausente, la angustia de sus ojos derrotados, el cuerpo
empequeñecido, la extraña presencia en su inconsciente de un pájaro traslúcido
y desconocido, esa mezcla curiosa de silencio de silencio de tierra y ruido de
agua que salía de su garganta… fileteaba la estancia una especie de cuchillo de
luz pero, aún a pesar de todas las evidencias, ni por lo más remoto hubiera
podido imaginar que simplemente se estaba muriendo.
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