Fue hecha en el tiempo de la caña, y ni que decir tiene, bastaba con verla, que era hija de la zafra. Debió ocurrir no antes de las nueve, ya que en el ingenio oscurecía a las siete y el que sería su padre llegaba a la casita no antes de las nueve. Ese día, la que sería su madre preparó un buen plato de arroz con guandules, pero su padre se comió primero a su madre y fue luego, ya saciado, cuando se comió el arroz.
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