Mi inconsciente no hace más que desear lo que el consciente no puede darle. El consciente le dice al inconsciente que de qué va, que si está loco o qué, que renuncie de una vez por todas a tanta tontería, a lo que el inconsciente responde que cómo puede renunciar a lo que nunca ha tenido. Entre gemidos de ira, ambos olvidan que cada cual es responsable de sus expectativas y sus sueños.
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