No sólo los filósofos han resultados ser hombres escarmentados. El protagonista de esta tragedia caminó y caminó buscando el camino de los caminos, y nunca lo halló. Primero se absorbió en sí mismo, luego en su búsqueda, sin saber que su peor enemigo radicaba precisamente en querer buscar. Perteneció al camino, y el camino a él, hasta que ambos se consumieron enteramente.
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