viernes, 29 de julio de 2011

MAL VERANO

Desde las cumbres de una locura cierta e irremediable, hasta la más profunda de las estupideces, esas que se esconden en los abismos del querer, subía y bajaba su espíritu como si de una feria macabra se tratara. Además, sentía sus tripas cantarinas en exceso y las carnes y los cerebros como embotados. Para colmo de males, en la casa de locos del pueblo ya no admitían solicitudes. Mal verano, dijo para sus adentros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario