Denominado el oscuro, no por el color de su piel sino por lo intrincado de sus pensamientos, hubiera dado cualquier cosa con tal de pensar en claro y expresarse más claro aún, atún claro o blanco nuclear a ser posible. Quizás el origen de tanto retorcimiento y rareza, pensaba el oscuro, radicara en ese principio de decadencia que, en forma de temor escondido, habitaba en su interior.
No hay comentarios:
Publicar un comentario