lunes, 31 de octubre de 2011

DAR PIENSO A LAS NEURONAS

Su comportamiento, tan fuera del uso de los otros hombres, no pasaba desapercibido, y ya fuera en caló, en griego o en jerigonza, procuraba dejar las cosas en su sitio. Pero hete aquí que un día este hombre se vio en la necesidad de escoger estado, y como pensaba que pensar no era sino una forma de dar pienso a las neuronas, de entre todos los modos posible de ser o estar eligió estar tranquilo, sin tener envidia ni ser envidiado. Era ya anochecido cuando comprendió la imposibilidad de su propósito.

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