jueves, 17 de enero de 2013

APOCALIPSIS

Tenía a su alcance todos los medios necesarios para hacer realidad el Apocalipsis: unas tijeras de pescadero, una botella de lejía…pero se le hacía tarde, así que guardó aquella servilleta en el bolsillo hasta que tuviera tiempo de pensar cómo debía continuar. Ya en la calle, observó aquella sucesión interminable de taxis blancos con la seguridad que da saber que alguno de ellos tendría el poder de sumergirle por el maremágnum sentimental de lo que fueron las calles de su infancia.

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