jueves, 7 de abril de 2016

BLANCURA


Se le fueron como en un suspiro la materia y el átomo, de modo que el amasijo de sueños al que quedó reducido cabía de sobra en aquel vientre de arroz, habichuelas y carne que dormía a su lado. De vez en cuando mostraba un aspecto de mutilada y fantasmal blancura, y padecía dolores propios de trashumantes. Pero lo esencial, permanecía intacto.

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